CIRCULACIÓN EN PLANTAS
El intercambio de sustancias entre las distintas partes que componen las plantas, y entre estas y el medio ambiente, es vital. La difusión, ósmosis transporte activo, tienen gran importancia para las plantas simples. En las plantas complejas, estos mecanismos permiten el intercambio solo a corta distancia.
TRANSPORTE EN PLANTAS SIMPLES
Las plantas simples como los musgos, carecen de sistemas circulatorios. La absorción de agua, dióxido de carbono y sales minerales tiene lugar a través de toda la superficie de la planta. Por esta razón, dichas plantas son de tamaño de pequeño y solo pueden crecer en lugares húmedos.
TRANSPORTE EN PLANTAS SUPERIORES
En las plantas superiores el proceso de difusión de los alimentos de una célula a otra no es lo suficientemente rápido para suplir a tiempo la necesidad de nutrientes a todas sus partes. La naturaleza ha resuelto este problema creando en ellas un sistema de raíces capaces de absorber agua y sales minerales, y un sistema de vasos conductores apto para transportar los alimentos a todas las partes de la planta.
Absorción de agua y minerales
El agua es el componente más abundante de la materia vegetal y es imprescindible para su vida y su crecimiento. El agua del suelo penetra en la planta por las raíces, por las ramificaciones laterales llamadas pelos absorbentes. Normalmente, la planta absorbe más agua de la que necesita y expulsa la que le sobra en forma de vapor de agua a través de las aberturas, llamadas estomas, que se encuentran en la cara inferior de las hojas. Este proceso recibe el nombre de transpiración. Las sales minerales que están en el suelo, y que proceden de la descomposición de seres, se disuelven en el agua y entran en la planta a través de los pelos absorbentes de la raíz.
Para mejorar el rendimiento de los cultivos, los agricultores riegan las plantas, pero además, antes de plantar, abonan la tierra, añadiendo al suelo las sales minerales que necesitan las plantas que van a cultivar.
Circulación del agua y sales minerales minerales por el interior de la planta
En las plantas superiores, para la circulación de la savia, la planta cuenta con dos tipos de tejido: xilema y floema. El xilema es leñoso, con células muertas especializadas llamadas traqueas y traqueidas, que forman vasos conductores, unidos entre sí. El floema está formado por células vivas unidas entre sí por orificios. Estos tejidos están ubicados de distinta manera en los diversos órganos de la planta.
La savia es una mezcla de sustancias orgánicas e inorgánicas, integrada en un 98% por agua, el porcentaje varía según las distintas especies, y el resto por sales, azúcares, aminoácidos y hormonas. La savia bruta, compuesta por agua y sales minerales disueltas, es absorbida por la raíz, sube por el xilema y alcanza las partes de la planta donde se realiza la fotosíntesis, es decir, la transformación de los minerales en materias que el organismo necesita. Este fenómeno es semejante al que se produce cuando bebemos un refresco con una pajita; al chupar, el líquido sube de forma parecida a como lo hace en las plantas.
El agua sobrante sale por los estomas (hojas) durante la transpiración en forma de vapor. Por esta vía, las plantas pueden perder cerca del 99% del agua que las raíces absorben. La gran cantidad de agua que se pierde genera al mismo tiempo una gran tensión, permitiendo el flujo de este líquido a través de la planta, desde la raíces hasta las hojas.
Durante el invierno, las hojas se caen y no se produce transpiración ni circulación de la savia bruta. La savia volverá a circular de nuevo en primavera, cuando las plantas vuelven a florecer y tener hojas.
Una planta expuesta a la luz toma las sustancias minerales y el agua (H2O) del suelo, el dióxido de carbono (CO2) del aire y, gracias a la energía de la luz solar, fabrica las biomoléculas (glúcidos, lípidos, y proteínas) que necesitan sus células para vivir. El CO2 del aire penetra en las plantas a través de los estomas de las hojas. Una planta que está en un ambiente sin dióxido de carbono acaba marchitándose.
A través del proceso de la fotosíntesis, la savia bruta se convierte en savia elaborada, compuesta por sustancias producidas en el metabolismo (azucares y otros productos de la fotosíntesis), que descienden por los orificios del floema y se distribuye en toda la planta.
Entre los minerales necesarios para las plantas, los de mayor valor son el nitrógeno, requerido para la multiplicación celular; el fósforo, que integra compuestos ricos en energía; el potasio, que favorece la asimilación de sustancias nutritivas; el calcio, que une y protege las células; el cobre, de valor durante el período de crecimiento; el cinc, que interviene en la formación de los líquidos, y el manganeso, en la de sustancias proteicas. Además, requiere magnesio, ya que ese elemento interviene en la formación de clorofila, pigmento que interviene en la fotosíntesis.
Las hojas son las principales productoras de azucares, sin embargo hay otras fuentes de estos nutrientes. Por ejemplo, en época en que la fotosíntesis se reduce o entra en receso, los hidratos de carbono son movilizados desde sus lugares de almacenamiento hasta aquellos donde se requieren. De esta manera, un mismo órgano o tejido puede ser a la vez reservorio y fuente de hidratos de carbono.
Imagen tomada de: http://www.aplicaciones.info/naturales/natura07.htm
En en siguiente link encontrará una animación acerca del transporte de la savia en las plantas. La animación es autoría del proyecto biosfera. http://recursos.cnice.mec.es/biosfera/profesor/recursos_animaciones16.htm
PREGUNTA: ¿Fenómeno por el cuál las plantas liberan hacia el ambiente, agua en forma de vapor?