SISTEMA NERVIOSO EN HUMANOS
A diario percibimos del medio los olores, los cambios de temperatura, la luz del sol, el sabor de los alimentos, la textura de la ropa que usamos, los ruidos de los automóviles y muchas cosas más. Nuestro cuerpo detecta estímulos externos e internos, es decir, todos los cambios que ocurren a su alrededor y dentro del organismo. Los estímulos externos se captan a través de los órganos de los sentidos, los internos, mediante los receptores sensoriales ubicados en los distintos órganos.
El sistema nervioso recoge información sobre el mundo exterior, y también sobre el estado del propio organismo, analiza y compara esta información, decide cuál es la respuesta adecuada en cada momento y la ejecuta, almacena la información para uso futuro, y planea la estrategia a largo plazo. El sistema nervioso está formado por células, como todo el resto del organismo. Sin embargo, existe una diferencia: en otros órganos cada célula realiza, en pequeño, la función del órgano, y la suma de las actividades de todas las células produce la actividad total del órgano. Por ejemplo cada célula muscular es capaz de contraerse, y la suma de todas las contracciones de todas las células es la que produce la contracción del músculo. En cambio, una célula nerviosa por sí sola no produce pensamiento o conducta, únicamente recibe y transmite señales eléctricas, y solo por la interconexión y coordinación de todas las neuronas se produce la actividad del sistema nervioso. Se dice por eso que la función del sistema nervioso es una propiedad emergente, es decir, un fenómeno que no se podría predecir examinando el funcionamiento de cada uno de sus componentes por separado.
La función del sistema nervioso se puede reducir en esencia a la transmisión de señales, mediante la cual un estímulo produce una respuesta. Por ejemplo, cuando vemos un pastel apetitoso (el estímulo), los ojos envían señales al cerebro, y este envía señales a los músculos de las manos para cogerlo y llevárselo a la boca (la respuesta). En último extremo, todo el comportamiento humano podría reducirse a cadenas, más o menos complicadas de estímulos y respuestas.
El sistema nervioso está constituido por dos tipos celulares principales: las neuronas y las células del sostén. De las neuronas se puede afirmar que son las encargadas de recibir, integrar, transmitir, generar, guardar y modificar los estímulos, para hacer nuestras funciones compatibles con la vida. Estas funciones pueden ser voluntarias o involuntarias, pero en todas ellas hay participación de neuronas.
Las neuronas están formadas por un cuerpo celular, las dendritas y el axón.
A través de las neuronas viajan los estímulos y las acciones que los órganos deberán ejecutar como respuesta.
Durante este viaje, las neuronas sufren una serie de transformaciones eléctricas y químicas, que comienzan por las dendritas, pasan por su cuerpo celular y luego por el axón.
Estos cambios reciben el nombre de impulso nervioso y son trasmitidos de una neurona a otra: El axón de una de ellas lo traspasa a las dendritas de la neurona siguiente. Por lo tanto, una neurona tiene la capacidad de excitarse ante un estimulo-respuesta y de conducir el mensaje hacia otra neurona.
Las células de sostén por su parte no poseen la capacidad de generar impulsos nerviosos, pero son importantes para la comunicación de las neuronas (sipnasis) y para la trasmisión de estímulos nerviosos, pues hacen más rápida su conducción y establecen las vías adecuadas. Cuando están localizadas en el sistema nervioso central las células de sostén se denominan células de glia. Cuando pertenecen al sistema nervioso periférico se llaman células satélites.
Los nervios están formados por haces de fibras nerviosas, que transmiten potenciales de acción hacia el sistema nervioso, o desde el sistema nervioso hacia los músculos. Sin embargo, no todos las fibras nerviosas son iguales. Algunas son de mayor diámetro, y estas en general transmiten el potencial más rápidamente. Las fibras más gruesas se utilizan para transmitir señales urgentes, a las que hay que responder rápidamente (por ejemplo, que un objeto nos ha tocado) mientras que las finas se utilizan para señales menos urgentes, como por ejemplo cuál es la temperatura del objeto que hemos tocado.
PREGUNTA: ¿Cuáles son los órganos que captan los estimulos externos?