ORIGEN DEL SUELO
El Suelo es la primera capa que cubre la Tierra formada por una fracción mineral proveniente de la desintegración progresiva de las rocas y una fracción de materia orgánica, proveniente de la descomposición de materia producida por seres vivos en presencia de agua y aire. Su origen se remonta a 350 millones de años atrás y ha evolucionado constantemente. Se forma por la desintegración de la roca madre por factores como viento, lluvia, cambios de temperatura, descomposición quimica de minerales, acción desintegradora de hongos, raices, microorganismos, topografía, relieve, etc.
El origen del suelo es obra de diversos procesos de naturaleza biótica y abiótica. Entre los primero están la fragmentación de la materia orgánica, la formación del humus y su mineralización. La meteorización constituye el factor abiótico en la génesis del suelo.
Los miembros de la microbiota son los responsables de la descomposición química de materia orgánica. Como resultado de este proceso se forma el humus y se liberan sustancias nutritivas, que pueden ser reutilizadas por las plantas. Este proceso se realiza en tres etapas, que se explican a continuación.
Descomposición de la materia orgánica
Sustancias orgánicas como azúcares, grasas, aminoácidos y proteínas sencillas, son descompuestas por los hongos y las bacterias. Como producto de su metabolismo liberan CO2 a la atmósfera y sustancias simples, como los compuestos de nitrógeno y de fósforo que se reciclan nuevamente por la fotosíntesis.
Las bacterias actúan preferencialmente en la descomposición de los tejidos animales, en tanto que los hongos son mas eficientes en descomponer madera y otros productos de origen vegetal. Esta etapa de la formación del suelo se conoce como fomación de detritus de partículas.
Formación del humus
En la segunda etapa se descomponen las sustancias más resistentes a la degradación. Los productos de esta actividad forman una mezcla de sustancias, conocida como humus. Estas sustancias incluyen los productos de la descomposición de proteínas y polisacáridos, y otras moléculas orgánicas como grasas y aminoácidos.
Los compuestos orgánicos complejos como la celulosa y la lignina de la madera, junto con el pelo y los huesos de los animales, se descomponen lentamente. A ello contribuyen los procesos de disolución química de las membranas, responsables de la cohesión de los tejidos vegetales.
Estas membranas compuestas principalmente de pectina, celulosa y lignina, se rompen lentamente por acción de bacterias saprófitas y actinomicetos.
Mineralización del humus
En la tercera etapa, las bacterias y los hongos rompen y degradan las complejas moléculas del humus en CO2 y H2O, y liberan minerales en forma de amonio (NH4), nitritos (N02), nitratos (NO3 ), fosfatos (PO4), silicatos (SO4) y carbonatos (C03), entre otros. Estos minerales pueden retornar a las plantas en forma de sales de calcio, potasio y magnesio.
Con la mineralización del humus se activan los procesos de reciclamiento natural de los elementos químicos, que hacían parte de la arquitectura molecular de la materia orgánica.
Meteorización
Otro aspecto de la formación de los suelos es la meteorización de las rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas. Inicialmente estas rocas se rompen en fragmentos cada vez más pequeños, hasta llegar a los minerales individuales de los cuales están formados. Dicho proceso se conoce como meteorización fisica.
Los fragmentos de rocas y minerales son, a su vez, atacados simultáneamente por fuerzas erosivas, como las del agua y el viento, y se transforman en nuevos minerales hidratados u oxidados, en un proceso llamado meteorización química.
El resultado de las meteorizaciones química y física es una mezcla de partículas. De acuerdo con su tamaño, estas partículas son: las arenas, cuyo tamaño oscila entre 2,00 y 0,20 mm; los limos, entre 0,02 y 0,002 mm; y las arcillas, con menos de 0,002 mm.
PREGUNTA: A la acción del viento y el agua sobre las rocas y minerales se le conoce como: