LA DEPREDACIÓN
La depredación es la captura de un organismo (la presa) por parte de otro organismo (el depredador), estando la presa viva cuando el depredador ataca por primera vez, con el objeto de alimentarse. Nótese que esta definición no incluye a los detritívoros; otro tipo de consumidores que, a diferencia de los depredadores, se alimentan de materia orgánica muerta.
Estrictamente hablando, la depredación es la que un animal ejerce sobre otro de especie diferente. Muy pocas veces surge depredación entre animales de una misma especie, y si sucede, no es en sí una depredación, sino una respuesta a factores como el estrés o el control de población. La depredación se da debido a la necesidad de alimentarse.
Un mismo individuo puede ser depredador de algunos animales y a su vez presa de otros. Es el caso de muchas culebras que depredan a animales pequeños como roedores, pero esas mismas culebras son cazadas por aves rapaces como las águilas. Además, algunas especies pasan de ser presas a ser cazadores durante su ciclo de vida. Por ejemplo, las crías de grandes depredadores como los felinos, pueden ser presa de otros carnívoros, pero al llegar a la edad adulta, pasan a estar en la cima de la pirámide alimenticia.
En la depredación hay un individuo perjudicado, que es la presa, y otro que es beneficiado, que es el depredador, pasando la energía en el sentido presa a depredador. Sin embargo, hay que resaltar que tanto los depredadores controlan el número de individuos que componen la especie presa, como las presas controlan el número de individuos que componen la especie depredadora.
La depredación tiene una función muy importante en la naturaleza, ya que por medio de ella se controla la población. Al controlarse la población animal, también se controla el uso de los recursos de los ecosistemas. Un ejemplo claro es en los ecosistemas en donde las águilas y las serpientes cazan especies que se alimentan de plantas. Si una de las especies cazadores llegara a extinguirse, la otra especie no podría controlar la población de herbívoros y finalmente la población vegetal disminuiría y causaría un desastre ecológico. Por el contrario, si faltaran los herbívoros, se extinguen también los depredadores y no habría tampoco control sobre las plantas.
La selección natural (lucha en donde sobrevive el que tiene características más apropiadas para la circunstancias) ha conducido al establecimiento de grupos de especies que coexisten con un mínimo de competencia y explotándose al mismo tiempo unos a otros para sobrevivir. El resultado de estas luchas entre organismos ha originado las relaciones Depredador-Presa. Los depredadores, tienden a cazar a las presas más débiles, causando que los individuos más fuertes sobrevivan y contribuyan a un mejor desarrollo de los ecosistemas. Además, entre los mismos depredadores, los mejores cazadores logran sobrevivir.
Existen diferentes clasificaciones para los depredadores, puede hablarse de carnívoros y herbívoros así como de especialistas (aquellos que se concentran en un tipo particular de recurso) y generalistas (aquellos que consumen una amplia gama de recursos).
Clasificación funcional de los predadores (Thomson-1982)
En este sistema se tienen en cuenta dos aspectos fundamentales de la depredación estos son: intimidad y letalidad. La intimidad se refiere al tiempo en que predador y presa interactúan y la letalidad, como su nombre lo indica hace referencia al efecto del ataque del predador sobre la sobrevivencia de la presa. Según este sistema tenemos cuatro tipos de depredadores:
Depredadores verdaderos: son altamente letales para sus presas y tienen baja intimidad con ellas, generalmente matan a su presa con el primer ataque o poco después del mismo, al igual que los pastoreadores se alimentan de un gran número de presas. Ejemplos de este grupo son la mayoría de los individuos carnívoros.
Pastoreadores: Ocasionan baja letalidad en sus presas al igual que tienen una baja intimidad con ella, se alimentan de partes y tienen un gran número de presas a lo largo de sus vidas. En este grupo se encuentran los organismos herbívoros y chupadores de sangre (zancudos, murciélagos del género Desmodus).
Parásitos: la intimidad con sus presas es alta, por lo general se alimentan de una o pocas presas durante toda su vida, en general consumen solo una o pocas partes de su presa. Un ejemplo de este grupo son las plantas parásitas de la familia lorantaceae que generan haustorios para tomar savia elaborada de sus hospederos.
Parasitoides: consumen lentamente todos los órganos de su presa empezando por los menos necesarios para la supervivencia de la misma, pero finalmente le causan la muerte. Un ejemplo de este grupo son las avispas que se alimentan de larvas de polilla, generalmente estas últimas mueren antes de alcanzar el estado de pupa. Otro ejemplo, son los insectos (principalmente himenópteros, aunque también puede tratarse de dípteros) que depositan sus huevos dentro, sobre o cerca de otros insectos (aunque algunas especies utilizan arañas o cochinillas como huéspedes). El individuo parasitado suele hallarse en forma larvaria, aunque también puede estar en forma de huevo o pupa, o ser un adulto. Cuando el huevo depositado por el parasitoide eclosiona, la larva resultante comienza a crecer alimentándose de los tejidos de su hospedador y acaba matándolo.
Los depredadores también pueden ser clasificados de acuerdo con la amplitud de su dieta en:
Monófagos: se alimentan de un único tipo de presa.
Oligófagos: se alimentan de unos pocos tipos de presa.
Polífagos: se alimentan de muchos tipos de presa.
PREGUNTA: ¿Cuál es la función de la depredación en la naturaleza?