¿PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA?
Desde el principio, el hombre se ha enfrentado al mundo y a sí mismo intentando conocer ambos. Y desde el principio, su capacidad para ello ha parecido dudosa. De esa duda parten dos corrientes generales. Una pretende que, al menos en lo que se refiere a ciertas cuestiones, el hombre no puede conocer por sí mismo, sino por medios distintos a los que provee la facultad racional humana. Más que aprehender el mundo, el hombre puede ser informado sobre él. Las respuestas están disponibles para el hombre, y solo pueden ser reveladas mediante determinadas búsquedas. A esta postura pertenecen la religión y el esoterismo.
La otra, aun reconociendo las dificultades, las afronta y analiza desde ese primer paso, intentando responder. Esta última le ha ido ganando terreno a la primera, reduciendo su campo de acción, aunque algunos pretenden recobrar algo de terreno mediante artificios. La Filosofía y la Ciencia pertenecen a esta última corriente favorable a las posibilidades de las facultades humanas. La Ciencia, a su vez, ha recortado el terreno de aplicación de la Filosofía, hasta tal punto y con tal éxito, que algunos consideran que la Filosofía es solo una curiosidad histórica. En los últimos tiempos, esto suele expresarse mediante una pregunta: ¿Para qué sirve la Filosofía?
Para empezar, debe servir tanto para plantear la pregunta como para responderla, o al menos, para cualquier reflexión en relación con ella. Esta no es una pregunta científica, y no tiene respuesta de ese tipo, pero no por ello se plantea que se deba renunciar a una reflexión racional, atenta a las leyes de la argumentación y la lógica y, por tanto, filosófica.
La restricción que la Ciencia ha impuesto a la Filosofía debe entenderse como la necesidad de aplicación de ciertos criterios y métodos a determinadas categorías de problemas. Esto significa que, para determinados problemas, el uso de la metodología científica proporciona un conocimiento más fiable que cualquier otra y que los juicios científicos deben prevalecer en virtud del poder superior de sus métodos y criterios justificados por la reflexión epistémica y la experiencia.
Pero también significa que el campo científico está claramente delimitado y que, fuera de esa categoría de problemas, por muy amplia que se estime, los criterios científicos pierden fuerza y capacidad de aplicación, dejando un vasto terreno que no puede abordarse científicamente y que, de nuevo, no tiene por qué ser abandonado a las corrientes religiosas y esotéricas. Podemos estudiarlos con cierta racionalidad sistemática que también cuenta con justificación epistémica y desde la experiencia. La Ética es un buen ejemplo del campo no abordable desde la Ciencia que la tradición humanista filosófica disputa a la religión y en el que la razón tiene un lugar.
Veamos el siguiente vídeo en el que María Casalla explica el origen etimológico de la palabra filosofía. El vídeo tiene una duración de 52 minutos y puede ser útil para visualizar el sentido etimológico de la filosofía.
Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=IgYmr5tpD3A
PREGUNTA: Cuando hablamos de la restricción que la Ciencia ha impuesto a la Filosofía, nos referimos a: