EL SABER HUMANO
La palabra saber tiene muchas significaciones. Se ha dicho en términos generales, que consiste en conocer las cosas con certeza, es decir, con un conocimiento firme y suficiente. Concretamente el filósofo alemán Emmanuel Kant, lo define como “el asentamiento suficiente, tanto desde el punto de vista subjetivo, es decir desde el sujeto que observa, como desde el punto de vista objetivo, es decir desde el fenómeno que se deja observar”.
El saber se distingue de la ignorancia que es en esencia de conocimiento, y de la opinión, que es un conocimiento probable al cual no se le presta asentimiento subjetivo ni objetivo, por lo cual lo expresamos diciendo: creo que, pienso que, me parece. La palabra saber designa entonces un conjunto de conocimientos ciertos, que deben ser establecidos de forma racional y organizados con una estructura lógica.
La filosofía no es para cualquiera, porque, en primer lugar, hay que tener cubiertas una serie de necesidades para poder ponerse a filosofar. Si mi preocupación más importante en este momento es cómo hacer para comer, no puedo ponerme a pensar porqué sale el sol. Además hay gente que, aunque tenga todas sus necesidades cubiertas, nunca se preocuparía por filosofar.
La filosofía exige determinadas circunstancias y determinada disposición de ánimo. A este ánimo puedo ser llevado por circunstancias externas, cuando la propia realidad se encarga de demostrarme que lo que yo creía no era cierto, cuando las expectativas no se cumplen, cuando las personas con las que contaba me fallan. En ese caso me veo impulsado a buscar en mí mismo, las verdades fundamentales que necesito para vivir.
¿Qué es el conocimiento?El conocimiento es el producto de la acción intencionada del sujeto por saber más de los objetos que lo rodean y de los hechos y situaciones de su entorno. Conocer, es una facultad del ser humano; desde su origen etimológico, cognocere refiere al uso del intelecto para aprehender las características y estructura de los objetos de conocimiento. En resumen, la acción de conocer es una intención del sujeto para dirigir su interés hacia un objeto o hecho determinado.
Entre el sujeto y el objeto se da una relación de implicación mutua; por una parte, en el proceso de aprehensión que hace el sujeto del objeto, el primero se transforma; es decir, se ve influenciado por las características del objeto; es decir, el objeto determina al sujeto a través de la experiencia. Así, por ejemplo, un libro, como objeto, puede transformar la conciencia del sujeto, cuando éste, de manera intencionada se interesa en su lectura y aprehensión. El sujeto cambió su estado original de conciencia frente al objeto; y éste ha quedado intacto en su esencia.
En el proceso de adquisición de experiencia, el sujeto se confronta con los objetos; el sujeto se moviliza y se activa frente al objeto, que permanece pasivo; y al aprehender las propiedades del objeto lo hace de manera receptiva. El objeto de conocimiento no siempre es un objeto inanimado y físico; el objeto de conocimiento también puede ser un sujeto o sujetos en situación; de igual manera, el objeto de conocimiento también puede ser abstracto, como por ejemplo lo referido a conceptos y sus relaciones con la dinámica social y las formas de pensamiento de los sujetos sociales.
En la ya clásica relación sujeto-objeto de la teoría del conocimiento, el sujeto aprehende las características y cualidades del objeto; más allá de su apariencia. Es decir, el sujeto actúa con intención ante el objeto; su objeto de conocimiento. Para profundizar, un poco más, entorno al problema del conocimiento veamos el siguiente video, antes de dar repuetsa al interrogante de la lección.
Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=snWppVEbfOE
PREGUNTA: En su sentido más directo y sencillo, la palabra saber se puede considerar como: