CRECIMIENTO POBLACIONAL
El crecimiento poblacional se define como el aumento o la disminución del número total de organismos de una población, en un área y en un tiempo determinados, como resultado no sólo de la natalidad y la mortalidad, sino también de la emigración y de la inmigración. El crecimiento de las poblaciones se representa matemáticamente mediante gráficas.
El crecimiento poblacional real sigue básicamente dos tipos de gráficas:
Gráfica en forma de S o sigmoide, típica de poblaciones que colonizan un ambiente nuevo y favorable. Al principio la población presenta un crecimiento lento, luego un crecimiento rápido o exponencial, para al finalizar alcanzar un nivel más o menos equilibrado.
Gráfica en forma de J, típica de poblaciones de diversos insectos y de plancton, en la que el número de organismos y por tanto la densidad de la población, se incrementa muy de prisa, en forma exponencial, y llega un momento en que se detiene bruscamente, al hacerse más eficaz la resistencia ambiental.
El crecimiento poblacional es un fenómeno biológico y natural que está íntimamente ligado con aquella característica principal de la materia viva conocida como la capacidad reproductiva de los seres vivos. Es decir, el hecho de que una población llegue, con el tiempo, a saturar una determinada área geográfica, además de haber agotado todos los recursos que éste le pueda brindar, no es otra cosa que la manifestación de la ley natural.
Podemos definir entonces, apoyados en la ley natural de la vida, tres fases en el crecimiento poblacional: la fase inicial o de adaptación, en la que los organismos se aclimatan a un nuevo ambiente; fase logarítmica o de crecimiento exponencial rápido, cuando los organismos se han adaptado perfectamente al medio; y la fase de equilibrio o estacionaria, en la que la resistencia ambiental se va manifestando gradualmente, hasta que se mantiene a un nivel de equilibrio. En la última fase de crecimiento, la población ha alcanzado la densidad máxima que puede soportar el ambiente y se conoce como capacidad de carga o capacidad de soporte o límite de hábitat. Cuando una población ha alcanzado su nivel máximo, su futuro puede ser de una de las siguientes formas:
Mantenerse al mismo nivel durante largo tiempo.
Aumentar lentamente, con una mejor adaptación al medio.
Declinar de forma progresiva, hasta en algunos casos llegar a la extinción.
Fluctuar regular o irregularmente.
Control natural del crecimiento poblacional
Cuando la curva del crecimiento poblacional se estabiliza en una fase de equilibrio, significa que la naturaleza ha ejercido un control poblacional (o resistencia ambiental) que frena el crecimiento exponencial. Es decir, la naturaleza se encarga de matar individuos o inhibe su reproducción. Sin un control natural, las poblaciones se reproducirían aceleradamente, y llegarían a una sobrepoblación, como es el caso de la explosión demográfica. Esto sucede, por ejemplo, cuando se eliminan o se extinguen los enemigos naturales (parásitos o depredadores) propios de una población o, por el contrario, cuando se introducen especies exóticas (extranjeras) a un ecosistema.
Las relaciones que se llevan a cabo entre los organismos de las poblaciones, ejercen un control poblacional ya que inducen (+) o frenan (-) las curvas de crecimiento poblacional. Entre esas relaciones están las simbiosis intraespecíficas como la competencia, las jerarquías y el acceso a las hembras, y las simbiosis interespecíficas como la competencia, la cooperación, el amensalismo, el comensalismo, el parasitismo, la depradación y el mutualismo. Otros factores que actúan como control poblacional son las hambrunas, las enfermedades, las catástrofes naturales, las extinciones y la contaminación ambiental.